Autoconfianza y motivación: claves del éxito
Dos de los factores más importantes para obtener óptimos resultados en la asignatura de matemáticas y que a menudo pasamos por alto, no tienen que ver con la capacidad innata del niño en la asignatura sino con la autoconfianza y la motivación a la hora de afrontarla.
Dominar el concepto base
La comprensión de los conceptos es la base sobre la que debemos empezar a cimentar la autoconfianza. Esta es la única vacuna frente a la frustración e impotencia que se genera al principio al no entender bien la bases teóricas, no saber aplicar la teoría a la hora de resolver los ejercicios o cometer las inevitables equivocaciones y errores de cálculo. Esta fase es inherente al proceso de aprendizaje de las matemáticas y todos los alumnos pasan por ella en mayor o menor medida.
Una vez lograda permite que el trabajo a la hora de hacer ejercicios, muchas veces desagradecido, no provoque frustración y en última instancia rechazo por la asignatura. El alumno sabe que domina los conceptos y que es cuestión de tiempo y práctica llegar a la solución correcta de los ejercicios. Cuanto mayor es su grado de comprensión y acierto en los mismos mayor es su confianza a la hora de afrontar nuevos retos y profundizar en su aprendizaje.
La motivación como motor del aprendizaje
Por otro lado tenemos la motivación que debe convertirse en la chispa que encienda el motor del trabajo. En la edad escolar debería ser innata y solo necesitada de un pequeño impulso y orientación, pero lamentablemente y por diferentes motivos en los que no vamos a entrar, en general no es así. La motivación se trabaja haciendo que el alumno sienta curiosidad y encuentre utilidad en aquello que se le explica. Por la naturaleza abstracta de la asignatura este es un aspecto clave, ya que el alumno por sí mismo todavía no es capaz de comprender la trascendencia y aplicación práctica de lo que está viendo en clase.
Conseguir la autoconfianza de los alumnos en sus capacidades así como despertar y mantener su motivación son aspectos clave que el profesor debe trabajar en paralelo a los contenidos ya que la complicidad y buena disposición y actitud del alumno constituyen el mejor campo sobre el que empezar a sembrar.
En próximos artículos abordaremos metodologías prácticas para trabajar ambos aspectos en clase.